NAZCA
Seríe fotográfica
Pampa Jumala / Perú
2012
NAZCA
Photographic serie
Pampa Jumala / Peru
2012
Siglos antes de la época Incáica, se creó en el Sur medio del Perú costeño un monumento único en su género y destinado a transmitir un mensaje a generaciones venideras de Egipto. Pero en vez de levantar la vista hacia una obra tridimensional de grandiosa sencillez, miramos desde grandes alturas, observando extensas planicies, que son cubiertas de grandes dibujos geométricos pareciendo hechos por manos de gigantes con reglas kilométricas. Aquí también estamos en el desierto, pero en vez de extensos arenales, que nos hieren con su reflejo de luz y de calor, el suelo está cubierto de piedras, cuyo color parduzco, pintoresco y agradable cubre cerros, planicies y las laderas de los valles profundos.
Quien viaja en avión (que no sea a chorro), de Lima a Chile o a Arequipa y si pasa, a medio camino entre estas dos ciudades, a lo largo de la pendiente de la cordillera, descubrirá, al mirar abajo, en terrenos áridos y deshabitados, extrañas señales de actividad humana. Sobre mesetas extensas o pedazos planos entre quebradas, aparecen triángulos, cuadriláteros y trapezoides, delineados nítidamente en color mas claro sobre suelo parduzco.
Algunos por su forma y tamaño, tienen apariencia de campos de aterrizaje. Volando más abajo, en una avioneta o en un helicóptero, estos sitios se revelan como verdaderos tableros de dibujo, con líneas rectas, anchas y angostas y de diferentes largos, atravesando los grandes cuadriláteros o triángulos, o bien corriendo a sus lados, formando redes complicadas.
Entre éstas, se pueden descubrir grandes figuras de animales, cuyos contornos se destacan nítidamente aún desde alturas de 1500 pies, pudiéndose deducir de esto sus enormes dimensiones en el suelo. No existe duda alguna, de que todo esto es obra de hombres de épocas remotas, habiéndose quedado ignota por su tamaño extraordinario, que impidió su reconocimiento desde el suelo.
María Reiche
investigadora y conservadora de las líneas de nazca.
Centuries before the time of the Incas, a monument –the only one of its kind- was created in the southern part of coastal Peru, destined to transmit a message to future generations from Egypt. But instead of raising our view at a three-dimensional work of great simplicity, we glance from great heights, observing extensive plains covered with large geometric drawings, apparently made by the hands of giants with kilometric rulers. Here we are also in the desert, but instead of extensive sandbanks, which hurt us with their reflection of light and heat, the ground is covered with stones. Their brownish, picturesque and pleasant colors cover hills, plains and the slopes of the deep valleys.
Those who travel by plane from Lima to Chile or Arequipa, or those who pass halfway between these two cities, along the slope of the mountain range, will discover arid and uninhabited lands when looking down. These lands reveal strange signs of human activity. On large plateaus, or smooth stretches of land between streams, triangles, quadrilaterals and trapezoids appear, clearly outlined by lighter colors on a brownish soil.
Some, due to their shape and size, look like landing fields. Flying on lower altitude, on a plane or a helicopter, these sites reveal themselves as real drawing boards. There’s straight lines, wide and narrow and of different lengths, crossing the large quadrilaterals or triangles, or running at their sides, forming complex networks.
Among these, one can identify large figures of animals, whose contours stand out clearly even from heights of 1500 feet, allowing the observer to deduce from this their enormous dimensions on the ground. There is no doubt whatsoever, that this is the work of men from remote times, which remained unknown for a long time because of its extraordinary size, limiting its recognition from the ground.
María Reiche
Researcher and conservator of the nazca lines.