Galería Moro expone por primera vez en forma individual el trabajo de Catalina de la Cruz; una joven artista que en su búsqueda expresiva devino en fotógrafa del paisaje urbano y del ser humano, que deja su huella y sus sombras en las calles y los edificios. Su recorrido visual es un camino personal en el que establece conexiones entre su racionalidad y su inconsciente, entre sus emociones y sus sentidos.

 

A veces abrumada, otras adormecida, siempre atenta, Catalina investiga y devela la memoria que se va quedando atrapada en el asfalto y el ladrillo. Su ojo entrenado amplia los campos de percepción del espectador y le abre los ojos y muchas veces el alma, dándole un nuevo sentido a estas experiencias intrasensoriales al enfrentarlo a la imagen.

 

Su propuesta relaciona el gesto pictórico con la imagen, destacando los fragmentos y detalles que revela dentro del recuadro general de cada toma.

 

 “Remeciendo la capacidad de sentir alguna clase de placer fantástico, vital e innombrable, su paisaje urbano se despliega a través de sutiles detalles, elementos descontextualizados de su funcionalidad, de su razón; imágenes que quedan suspendidas creando otro paisaje urbano siempre efímero, siempre mutando, siempre determinado por el azar y la infinita relación de sus breves partes, fragmentos y las emociones y sentido que les otorga cada “espectador”.

 

Texto de Juan Pablo Moro, Director Galería MORO, para catalogo de la exposición

​

​

​

​

Galería Moro exhibits for the first time, in an individual way, the work of Catalina de la Cruz; a young artist who, in her expressive research, became a photographer of the urban landscape and human being, who leaves marks and shadows behind on streets and buildings. Her visual journey is a personal path in which she establishes connections between her rationality and her unconscious, between her emotions and her senses.

 

Sometimes overwhelmed, sometimes numb, always attentive, Catalina researches and reveals the memory that is being trapped in between asphalt and bricks. Her trained eye widens the viewer's fields of perception, opening their eyes and often their soul, giving a new meaning to these intrasensory experiences that take place when being confronted with an image.

 

Her proposal relates the pictorial gesture with the image, highlighting the fragments and details revealed within the frame of each photograph.

 

Going through the ability of feeling some kind of fantastic pleasure, which is vital and unnamable, her urban landscape unfolds through subtle details, decontextualized elements of its functionality. These images remain suspended, creating other kind of urban landscape, which is always ephemeral.  It is always mutating, determined by chance and the infinite relation of its brief parts, fragments, and the emotions and sense that each "spectator" gives them.

 

Text by Juan Pablo Moro, Director of the MORO Gallery, for exhibition catalog.